En blanco y negro

Hace un par de meses me dio por pensar en los trabajos que había hecho este curso en restauración y descubrí que, pese a mi sentimiento de haber vagueado bastante (un viaje, una gripe, amén de otras circunstancias) eran bastantes.

  Se me ocurrió que ya que apenas he cocinado en este tiempo y por tanto no hay recetas que subir, si que podía aprovechar el blog como memoria de estos trabajos.

  Comienzo con la transformación de la cómoda, porque aunque no fue el primer trabajo (ni el segundo, ni el tercero) supuso un "efecto mariposa" que me ha llevado a redecorar toda la casa.

La cómoda ya transformada y en su nueva ubicación


  Se trata de una cómoda de pino en color caramelo, de esas que estuvieron de moda en los años 90. Después de muchos años de servicio en su estado natural, decidí que era hora de un cambio de imagen.

    Para no tener que lijar demasiado, decidí pintar  el cuerpo de la cómoda en blanco, que luego envejecería, y teñir los cajones en color nogal. Sin embargo, descubrí que por mucho que volviéramos a lijar, cuando el tinte secaba, quedaban unas manchas horribles. .Después de varios intentos de corregirlo, hubo que cambiar de estrategia así que me sugirieron pintarlos en negro.


  Por supuesto, para que la transformación fuera completa, era necesario cambiar los pomos así que elegí unos de nácar en Zara Home. Los compré en las rebajas y, aunque no son exactamente iguales, si no lo sabes no se nota.  El cambio resulta espectacular.



Detalle en que se ven los nuevos pomos
   Aunque la cómoda quedó preciosa, no encajaba en la habitación así que decidí buscarle una nueva ubicación y me pareció que el más adecuado era a la entrada de casa. Y así fue como empezó el efecto mariposa aunque más bien debería llamarlo efecto cómoda, que me ha llevado a cambiar de sitio los muebles y redecorar la casa.

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